"El Paisaje del Padre" Día 40 en Ocotal (y Mozonte) 6 julio, 2012 Hace pocos días y fuimos a Quilali, una ciudad rural de 17,000 habitantes en los cerros de las Segovias. Regresando en la camioneta, pasamos por un paisaje increíble que denominé “el paisaje del Padre”, porque no encontré ninguna palabra para describir la majestad de la vista. Y me pongo a pensar, porque hoy es mi día cuarenta viviendo en Ocotal y trabajando como voluntario en Mozonte, y no me he olvidado el significado del número 40 en el contexto de la Biblia y el Corán. De hecho, me siento agobiado por eso. Quilali en las colinas de Las Segovias Se acepta generalmente que el número “40” significa “un tiempo largo” donde el narrador no sabe exactamente la duración de una actividad. Pero también, es un número que simboliza un período de prueba o juicio: el diluvio de Noé, los Israelitas vagando en el yermo durante su éxodo, Jesús vagando en el yermo después de su baptismo, Moisés en el yermo con el Padre. En el Corán, Muhammad recibió su primer revelación del ángel Gabriel cuando tenía 40 años y según el Corán, un hombre no es adulto o mentalmente maduro hasta un edad de 40 años. El “40” ¡re-significa algo! Curiosamente, no soy religioso. Soy un agnóstico casi ateo según las noticias y la influencia de la retórica diaria de cualquier fanático religioso, sea cristiano, musulmán u otro. Pero, me di cuenta todavía de este período significante y me pongo reflexionar sobre los últimos 40 días. ¿Qué he alcanzado? ¿Qué he aprendido? ¿Qué he contribuido? ¿He hecho alguna diferencia? Para empezar, una historia. Las líderes del comunitario - y una hija paciente Es un día hermoso, con sol radiante y suficiente viento para crear un clima perfecto donde olemos el aroma del árbol quemado para cocinar flotando en el aire del pueblo de Quilali, en las colinas de Las Segovias. Estoy en el final taller de un curso en la auditoría social. Somos dos del instituto con doce lideres/lideresas y dos chigüines – hijas de dos participantes. Para su final sesión, vamos a revisar su informe de la auditoría social que han hecho sobre agua potable en un barrio en la ciudad, algo que ellos presentaron en la mañana del día siguiente en un cabildo. Como en el mundo de los empresarios, ¡todo se queda de último hora! Lastimosamente, estoy un poco aburrido. Odio la actividad de la redacción de informes en grupos en cualquier situación - seguramente un punto de visto muy personal, porque es una actividad fundamental de la auditoria social. Peor cuando el grupo habla un idioma extranjero que aprendo todavía. Además, me parece que solo 5-6 de los participantes están participando activamente. De golpe, la facilitadora me pregunta algo. Estoy criticando en mi mente la eficaz del taller, por supuesto en inglés. Para cambiar del idioma inglesa hasta el español, necesito un poco de tiempo en mi cerebro viejito – ¡los conmutadores de las sinapsis se mueven despacio desafortunadamente! No solo no escucho la pregunta, sino que no entiendo tampoco. Me siento avergonzado, frustrado y “bruto”. Otros/as líderes del comunitario Al final, el grupo termina el informe y la facilitadora pide comentarios sobre la eficacia del curso. Los participantes están claramente de acuerdo que el taller es exitoso, ayudándoles a realizar el proyecto del agua potable. Gracias al entrenamiento, se sienten con más confianza para demandar sus derechos, y capaz de expresarse lógicamente y profesionalmente. De su punto de vista, un éxito formidable. Mientras yo no estoy convencido, estoy todavía en lo mío. En un rato, una rica sopa de pollo...¡Pobresito! Salimos de la alcaldía para regresar a Mozonte. En la camioneta tenemos café de la región, tostado y molido, plátanos (a la mitad del pecio de los plátanos en Ocotal y más rico) y un pollo vivo – por cierto el principal ingrediente para una rica sopa de pollo en un futuro próximo…¡Pobresito! La facilitadora está feliz y orgullosa, sobre todo para el impacto de su trabajo en un proyecto importante. Llama a su colega en el instituto, sonriendo mientras ellas se acuerdan en el uso de ese ejemplo como un estudio de caso en el futuro. Yo, todavía en lo mío y poco pensativo, miro a las colinas de Las Segovias – el paisaje del Padre. Terminando su llamada, mi compañera se vuelve a mi en el asiento trasero y cariñosamente me pasa una tortilla con cuajada. Sabe que no comí el pollo frito ofrecido para almuerzo. La tortilla huele del humo del árbol quemado calentado en el horno indígena. La cuajada está fresca y sencilla. Quilali, las Segovias Y me di cuenta de no haber entendido nada, ni de haber alcanzado cambiar mi objeto para evaluar el entrenamiento, sumido todavía en los métodos de los empresarios. “Tonto, bruto, burro…” – escucho en mi mente las burlas cariñosas de un amigo, en describir mi español hablado. Me sonrío, sintiéndome las lágrimas que brotan dulcemente. Y vuelvo de nuevo a buscar el camino para estar presente, para cambiar el objeto, para encontrar lo bueno…y siempre con un enfoque de cambios pequeños, de algunas pequeñas mejoras.
1 Comment
Haydee Castillo Flores
7/8/2012 10:47:52 am
Richard, que interesante tu reflexión, aprendo mucho de ellas, se que tenemos muchas cosas todavía que aprender como facilitadoras y como ILLS, no es tan facil estar en esta realidad y con tan escasos recursos, pero vamos avanzando, sin darnos por vencidas y muchas ganas de saber mas, conocer para mejorar.
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